Un café especial
Un café especial
Vivimos apurados, ansiosos, con planes, proyectos, sueños, metas. Los días se pasan y el almanaque suma, hoja tras hoja. Queremos hacer por momentos que el tiempo se apure, para llegar a un momento de descanso. Arrancamos la semana esperando que ya sea viernes, o tal vez ya estás esperando que sea fin de mes para recibir nuevamente un salario con el cual poder hacer frente a necesidades económicas, o quizás esperas con ansias, ese periodo de vacaciones, que hace tanto tiempo venís anhelando.
Pero al final, la historia parece repetirse vez tras vez, porque se acumulan los fines de semana y sigo estando preocupado porque un nuevo lunes ya se ve en el horizonte, porque he cobrado muchos salarios y sin embargo sigo sumergido en las mismas cuentas y no me alcanza, o quizás espero esas vacaciones para descansar, y una vez que llegan, los días se me escurren entre los dedos y sigo más cansado que antes.
Sea cual fuera la situación, ese circulo vicioso, parece no ser saciado nunca, y nos deja siempre insatisfechos.
El sistema nos absorbe, aún teniendo a Jesús, corremos tras las urgencias, dejando lo verdaderamente importante de lado.
Saliste apurado hoy? Estás preocupado? Llevas muchas cargas?
No puedo darte la solución, pero Él sí.
Volvamos al Padre, vayamos a la fuente, volvamos a casa.
El café está servido a la mesa... y Él espera una vez más que te sientes, y compartan un tiempo diferente.
No lo desaproveches!
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