Conexiones
Conexiones
Me he preguntado muchas veces como vivir una vida de reino.
Tal vez es una pregunta que también te hayas hecho en alguna oportunidad. Cómo
poder alcanzar promesas y bendiciones que Cristo nos ha dado. Como dejar de
vivir un evangelio que roza la mediocridad. Mirando el pasaje de Efesios 1:3
dice que esas bendiciones se encuentran en lugares celestiales.
Ahora bien. Entonces como hago para alcanzarlas? Cómo hacer
para tener lo que necesito para esta vida? (y no hablo de dinero
específicamente).
Y entonces, es acá donde quiero que revisemos nuestras
conexiones.
Todos los cristianos podemos estar conectados a dos
realidades, o estamos conectados a lo terrenal o estamos conectados a lo
celestial.
Acá es donde se dividen las aguas. Porque muchas veces
nuestra mira está colocada en lo terrenal. Si bien conocemos que Dios tiene
preparadas bendiciones para cada uno de nosotros, nuestra mirada se enfoca en
las necesidades cotidianas. No nos diferenciamos del resto de la gente. Ya que
nos agobian las mismas cosas que al mundo, como por ejemplo el precio del dólar
(un tema que aquí en Argentina siempre a sido un problema), o como voy a pagar
los servicios, o la situación que sea, que es motivo para que nuestra mirada
deje de estar puesta en Jesús y sea solo terrenal. Si bien conocemos muchos
pasajes de la escritura que hablan de un Padre, que nunca nos dejará, y
proclamamos que Él es suficiente para nosotros,
luchamos con nosotros mismos queriendo creer pero, por otro lado,
miramos de reojo si me va a alcanzar o no para llegar a fin de mes.
Obviamente no te hablo desde el sitial de haberlo alcanzado
ni mucho menos, sino que, es una invitación a que juntos pongamos nuestra
mirada en las cosas celestiales, es poner la mirada en Cristo, es no dudar, en
fin, es tener FE.
No sirve estar al medio, no podemos estar conectados un
poquito acá y un poquito alla, es más,
estoy más que convencido que en esta vida el medio, no existe, y la neutralidad
tampoco. Lo dijo Jesús (el que no está conmigo, está contra mi).
Aferremos nuestra mirada a lo celestial, ahí adónde está
Cristo.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las
cosas de arriba, no en las de la tierra.
Colosenses 3:1-2
Pablo Blanco
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