Dividido
Esta mañana leía un mensaje que mi amigo, como siempre comparte, aún, se me hace difícil de entender como el Señor nos habla, porque me encontraba preparando el desayuno, y mientras esperaba que las tostadas se hicieran, leía con detenimiento, lo que esas palabras hablaban a mi espíritu. Me quedé pensando, y la palabra división surcaba mi mente. Claro, sabemos que división son dos visiones, distintas u opuestas. Cuando esta palabra se nombra, nos viene a la mente, una familia separada, un matrimonio que se rompe, una congregación que se divide. Pero lo profundo, la raíz, es que esa división, no comenzó en el momento que la familia se fragmentó, ni en el instante donde a un matrimonio se le pone fin, o tal vez cuando la gente que asistía a una congregación se va, sino por el contrario, todo empezó en nosotros mismos. Somos el primer eslabón, de tal vez, una cadena larga de acontecimientos que se sucederán, si esa división interior, no es desarraigada de nuestro ser. Seamo...